Este año tuvimos la oportunidad de asistir a la feria de Milán, una experiencia que no es nada fácil de describir en unas pocas líneas, una de las ferias más grandes que se pueden visitar. Al llegar en el metro ya se vá notando: filas y filas de gente en la misma dirección, arrastrando carritos vacíos que llenarán con los múltiples catálogos con los que las marcas te obsequian a cada paso. Filas de gente esperando la apertura de puertas como si fuera un concierto de rock. Enormes filas de gente en las boleterías, en los pasillos, en los stands… Diseñadores, interioristas, arquitectos, decoradores, profesionales del mundo del mueble, de la cocina, del baño, de la iluminación… El mundo del interiorismo y el diseño concentrado en solo 4 días presentando todas las últimas novedades.
Esta nueva edición, se celebró junto a las bienales Eurocucina, que se complementa con FTK – Tecnología para la Cocina, y el Salón Internacional del baño. Formando parte imprescindible de este gran evento, se encuentra el Salón Satélite, donde exhibieron sus propuestas las escuelas de diseño y diseñadores que no hayan cumplido 35 años.
Paralelamente y bajo el título de Fuorisalone, toda la ciudad se volcó con actos, exposiciones, conferencias, fiestas… y rutas establecidas en torno al diseño como la clásica Tortona Around Design, o las que poco a poco se están convirtiendo en templos de peregrinaje como los distritos de Ventura Lambrate o Brera Design District.
Durante la muestra, pudimos ver de nuevo una inabarcable lista de sillas, mesas, librerías, camas, complementos, mobiliario para baño y cocina… en una feria por la que desfilaron los principales actores del sector.
En esta nueva edición, el trampolín más importante del mundo para los diseñadores del futuro cambió de ubicación y se trasladó a otra más funcional de fácil acceso desde la Puerta Sur de la feria. Además, los participantes tomaron parte en la quinta edición del SaloneSatellite Award con proyectos tematicamente relacionados con EuroCucine y el Salón del Baño con el fin de promover el contacto con las empresas expositoras en el Salón del Mueble.
Como todos los años siempre nos quedamos con ganas de más. Así que no hay excusas para no volver el año próximo.
